Argentina: Se cumplen 44 años del derribamiento del C130 en el aeropuerto de tucuman
Un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina fue derribado el 28 de agosto de 1975 en el Aeropuerto “Teniente General Benjamín Matienzo” de San Miguel de Tucumán
28 de agosto de 1975 a las 0900 el avión Hércules C-130, matrícula TC-62 despegó de la I Brigada Aérea de El Palomar (Buenos Aires), aterrizando en el Aeropuerto Benjamín Matienzo (Tucumán), a las 11:56 horas, llevando a bordo a 85 pasajeros de la Policía Federal Argentina.
La misión de ese día para el TC-62 comprendería, además de ese vuelo de Tucumán a San Juan, otro traslado de La Rioja a Buenos Aires.
De inmediato se procedió al embarque de 114 miembros de Gendarmería Nacional Argentina, pertenecientes al Equipo de Combate “San Juan”, que aparte de ellos, se acomodaron dentro de la aeronave los pertrechos, como también su armamento y munición.
Todos estaban ansiosos por partir y reunirse con sus familias y la tripulación, a su vez, cumplía con los últimos detalles de la partida y nada hacia suponer que en el cumplimiento de una misión rutinaria, podría ocurrir minutos después.
Mientras todo esto ocurría en el aeropuerto, un vehículo con las siglas de Agua y Energía, estacionado a una cuadra y media de la entrada recibía instrucciones por radio de un militante subversivo montonero infiltrado dentro de la estación aérea; así daba inicio la última fase de la “Operación Gardel” ejecutada por el Grupo Montoneros.
Ese día cuando todavía no habíamos salido del estupor de otros hechos similares que estaban ocurriendo, recibimos una noticia que nos conmocionó, el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, matrícula TC-62 había sido derribado a las 13:05 horas, por una bomba colocada y hecha estallar por control remoto, en plena carrera de despegue, que la habían colocado por delincuentes subversivos en el desagüe que pasaba por debajo de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Tucumán “Teniente Matienzo”, quedando un cráter en el cemento de 12 m de diámetro por 2 de profundidad.
El aparato se destrozó al caer a tierra y quedó envuelto en llamas, explotando con impresionante violencia, lo que causó pánico entre los habitantes de la zona próxima al Barrio San Cayetano.
Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendiaba a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo negro visible a gran distancia del lugar.
La tarea de rescate se hizo muy difícil para los bomberos que estaban atacando el fuego, debido a las explosiones posteriores, causadas por los tanques auxiliares de combustible y el material transportado a bordo.
Otros se salvaron al abrir una abertura en un lateral del avión Hércules C-130 y pudieron salir del interior.
Fuente: Cortesía Salvador Juarez, Provincia de Tucuman