Aena paraliza todos los vuelos en el aeropuerto de Palma por la inundación
La operativa en Son Sant Joan se ha visto muy afectada por la fuerte tormenta de este martes
El aeropuerto de Palma está prácticamente paralizado. Ni despegan ni aterrizan aviones debido a las importantes inundaciones que ha sufrido la infraestructura a causa de una fuerte tormenta. Aena ha informado que todos los vuelos están paralizados en estos momentos «debido a la imposibilidad de operar con seguridad».
La pista se encuentra totalmente inundada por lo que la operativa y el funcionamiento habitual se hace imposible. Minutos antes, ENAIRE informó de que podría haber demoras y desvíos y aconsejaba a los pasajeros consultar el estado de su vuelo.
Los accesos a las instalaciones son un caos. La cola para acceder al párking es a esta hora kilométrica y las pantallas con la información de los vuelosmuestran un sinfín de retrasos y varias cancelaciones. Tal y como ha informado Aena, no hay ningún despegue ni aterrizaje en Son Sant Joan.
Los sistemas informáticos funcionan, señala un auxiliar de vuelo de facturación en Air Europa. «Hacemos la facturación de los pasajeros y les indicamos que vayan para las puertas de embarque. No podemos hacer nada más«, explica.
Aena ha comunicado que «el Aeropuerto ha activado el plan de emergencia por inundaciones y está trabajandocon la mayor celeridad posible para reestablecer la normalidad». Aseguan que «han caído 45 litros en una hora con puntas de hasta 90 litros, según la AEMET, que han provocado inundaciones tanto en algunos accesos al aeropuerto como en el edificio terminal«.
Según los datos de la AEMET, en tan solo una hora han caído sobre el aeropuerto 43,8 litros por metro cuadrado. Esta fuerte descarga se ha producido sobre las 12:40 horas. Se trata de una de las zonas de la isla en las que más se ha concentrado la lluvia. A lo largo del día Son Sant Joan ha soportado un total de 53 litros por metro cuadrado.
En varios vídeos difundidos por trabajadores y pasajeros del aeropuerto se observan fuertes cascadas de agua cayendo sobre las puertas de entrada para acceder al control de seguridad y los mostradores de facturación. La imagen se repite en el Duty Free, completamente desierto e inundado.